Las marcas y las zonas de confort


¿Cuándo ha sido la última vez que te metiste a la piscina haciendo un salto en bomba?, ¿cuándo fue la última vez que corriste a toda prisa sin importar si te caías o no? o mejor aun, ¿cuándo ha sido la última vez que te has reído tanto que terminaste llorando o con dolor de estómago? estas y muchas otras experiencias son ejemplos en los que nos atrevimos a romper la barrera de lo establecido o de lo convencional y fuimos capaces de arrancarnos una sonrisa interna (o externa).

Cuando me dispuse a investigar sobre el tema de este post, descubrí que se habla mucho de la zona de confort desde el liderazgo, el emprendimiento,  el auto desempeño, la psicología, etc. y todas las posturas me parecen muy interesantes de trabajar a nivel personal y de cómo arriesgarse a intentar caminar hacia las zonas del miedo, del aprendizaje y del éxito/fracaso de forma paulatina. Es más, desde octubre del año pasado he intentado salir de varias de mis zonas con confort con y sin éxito en muchos campos de mi vida.



Si hacemos un paralelo de cómo somos frente a las empresas o con las marcas, encontramos muchos puntos en común debido a que las relaciones que tenemos con ellas (a través de sus empleados, de sus servicios de pos venta, de su comunicación, de sus apariciones en prensa, etc.) nos ayudan a tener un conocimiento inicial o parcial de cómo son o de cuál es la filosofía con la que operan. Nos encontramos con marcas empáticas, serias, divertidas, testarudas, sosas, en fin... un sin número de personalidades que son afines (o no) a nosotros. Sin embargo, las empresas van cambiando mientras nosotros vamos cambiando, ahora se tiene un cuidado especial por el medio ambiente, por el respeto hacia los demás, por la igualdad de género, se rechaza el greenwashing, etc. Estamos en una sociedad en la que el agente de mayor influencia somos nosotros a través de nuestros comentarios positivos o negativos que tenemos de una marca y/o empresa.

Frente a este cambio de paradigma en la comunicación social (dónde creemos más a un científico, a un experto, a un amigo o a cualquier empleado de lo que la propia empresa o el propio gobierno dicen de si) las empresas están cambiando su forma de hacer y comunicar. Cuando pierdes la confianza en alguien o en algo, es muy difícil volverla a recuperar sin antes recibir un reconocimiento de errores y preguntar por las vías para volver a establecer una mejor relación. Todo ello se realiza desde la necesidad de querer establecer una relación transparente y sincera con los demás, desde lo que eres (tu esencia) y que se proyecta a las personas que concuerden contigo.

¿Qué significa para una marca encontrarse en una zona de confort? Normalmente las zonas de confort se dan en mercados maduros, en los que se pueden ver el posicionamiento de cada competidor de forma establecida. Producto de ello, se piensa que ya todo está inventado y que no se puede romper con la sinergia del mercado. Esta idea es totalmente errónea; sugiero un ejemplo:


En los años 90 con el auge de los teléfonos móviles, nos encontramos que las marcas líderes habían sido Nokia y Motorola, con el paso del tiempo estas marcas fueron desplazadas por Sony Ericson, HTC y LG, luego entraron como líderes Apple y Blackberry y ahora tenemos a Apple y Samsung. La pregunta es ¿Estaba en los años 90 el mercado de la telefonía móvil lo suficientemente maduro donde todos los competidores tenían un posicionamiento definido? Sí. Sin embargo, el contexto social cambió de la usabilidad a la intuitividad y posiblemente cambie de acá a 5 años donde hablemos de otras dos marcas líderes. Este ejemplo simple del mercado de telefonía móvil nos ayuda a entender que las zonas de confort también existen en las marcas y el camino para seguir luchando y avanzando en tu progreso (como persona o como empresa) es la innovación y adaptación.

Desde la perspectiva de individuo que recibe muchos estímulos sobre las marcas a diario, encontramos muchos ejemplos:
  • Empresas en las que los empleados reciben incentivos materiales muy caros pero que no se sienten alineados con la filosofía de la casa; es decir "que no se encuentran comprometidos con la empresa". Aquello se manifiesta en el alto índice de rotación de personal.
  • Se encuentra en una ausencia de respuesta en los medios sociales cuando alguien pide explicaciones o mayor información hacia su problema. 
  • Mensajes unidireccionales de comunicación; en la letra pequeña de todos los anuncios televisivos, de toda gráfica publicitaria, de todo contrato o tarifa, etc.

Existen empresas que han sabido adaptarse al nuevo contexto social y que actualmente comienzan a ganarse la confianza de las personas con las que se relacionan. Estas empresas trabajan mucho desde su identidad y la comparten con sus empleados (Mercadona), luego comparten esta identidad con sus clientes (Harley Davidson) y por último con sus no clientes (BMW). Son empresas que no tienen miedo de trabajar con sus grupos de interés en fórmulas que beneficien a ambos: Genius Bar, Lego, Wikipedia, etc. son marcas o empresas sociales en las que el espíritu colaborativo está asentando la relación de confianza. Aquello es hacer y decir aquello que no se había planteado o que se había desestimado. Son empresas que se han equivocado pero que han sabido escuchar a los grupos con los que se relacionan para saber reponer sus errores y que por ello tienen la confianza ganada con el tiempo. Con esto no quiero decir que sean las únicas marcas que han sabido superar su zona de confort, existen muchas marcas que merecen nuestro respeto por atreverse, equivocarse, corregirse y volverse a atrever, es lo que hacemos las personas: "luchar".

¿Cuándo ha sido la última vez que te metiste a la piscina haciendo un salto en bomba?  A mi todavía me cuesta un poco, pero sigo luchando en ello.

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