Tormentas que refrescan a la marca

¿Cuánta publicidad habremos recibido durante toda nuestra vida? Es difícil saberlo, y mucho más difícil es recordarla. De un tiempo a ahora hemos recibido una sobrecarga de mensajes publicitarios que nos dicen que muchos productos o servicios “son los mejores” o que “son la mejor opción” y todo nos ha llevado a que seamos insensibles a la publicidad convencional ya que vemos los mensajes pero no dejamos que entren tan fácilmente en nuestras vidas como antes. Esto se debe a que en muchas ocasiones las promesas que las marcas nos hacían (a través de la publicidad) no eran cumplidas ni en el plano racional, ni mucho menos en el emocional. Un ejemplo de ello es el incremento de las áreas de atención al cliente, reclamaciones, defensa del consumidor, autocontrol, etc. etc. etc. que se han creado en las empresas e instituciones públicas y privadas en los últimos años. La llegada de la tormenta era un hecho.

Los continuos errores de comunicación han provocado una falta de confianza en los mensajes que recibimos. Sabemos que hay letra pequeña, desconfiamos de una marca que viene de una empresa con dudosa reputación. La crisis de confianza se ha incrementado en los últimos 20 años (producto de varias crisis económicas y sociales). Nos cuesta creer y confiar debido a que sentimos que no somos escuchados o valorados; y a que “en el lenguaje de la empresa” no nos consideran como personas, sino como un target, un consumidor (que solo consume y consume) o un público objetivo. Hemos aprendido a satanizar o estigmatizar la palabra marketing. Tenemos mucha desconfianza fundadas por las acciones de
greenwashing o por las campañas publicitarias que no tenían nada que ver con el producto o servicio que se comercializaba.

La tormenta esta pasando, los resquicios de confianza se protegen en los cambios que vemos en las instituciones públicas y privadas que realmente se encuentran “admitiendo que su modelo no funciona”, y las que se encuentran refrescando su “hacer y comunicar” en promesas que realmente pueden cumplir. Ejemplos como estas premisas los encontramos en las siguientes marcas:
    1. Admitiendo que su modelo no funciona: Muchas empresas han tenido problemas reputacionales que han provocado una pérdida de legitimidad y confianza de las personas hacia sus marcas. Un ejemplo en el mercado español es el de la marca Bankiaque luego de los continuos escándalos sobre la mala gestión de sus directivos en el pasado, lanza estos meses una campaña publicitaria donde nos comenta de forma implícita su forma de pedir disculpas por todo lo que generaron:

    Aun no sabemos si llegarán a recuperar la confianza de las personas, sin embargo, se reconoce la valentía de admitir y publicar que se han equivocado. Veremos si se recuperan en el futuro.

    2. Refrescando su “hacer y comunicar” en promesas que realmente pueden cumplir: Una de las causas de perder la confianza de las personas es no cumplir con las promesas hechas. Este ejemplo se puede apreciar fácilmente en los partidos políticos o en las empresas de servicios. La empresa Gas Natural Fenosa se dio cuenta de que había que unir la comunicación con las acciones y experiencias que la marca tiene con las personas con las que se relacionan. Por ello ha decidido comunicar o prometer solo aquello que puede cumplir:


    Con esta acción, la empresa está poniendo su palabra y su reputación en manos de las personas con las que se relaciona y va a depender del cumplimiento de sus promesas para seguir trabajando la confianza de sus grupos de interés. Le seguiremos la pista.

    Con cada ejemplo vemos que la comunicación ha pasado del marketing a la reputación para tratar de recuperar la confianza de las personas. Creo que el camino para salir de la tormenta es este. Hablar desde lo que la marca es, desde sus sueños, su pasión y desde lo que la marca puede cumplir o dar, ayudará a cimentar las bases de la confianza. La tormenta pasará llevándose a muchas marcas consigo ya sean por ser poco creíbles o por no adaptarse al cambio, las marcas deben adaptarse a la generación de los millennials.

    Llegarán buenos tiempos donde las marcas confíen en nosotros y nosotros en ellas. El camino ya lo están empezando algunas. Vemos un sol juntos y para todos.



    Augusto Leiva
    Inquieto, creativo, fiable y resolutivo que primero escucha, entiende, dialoga y produce marcas. Mira Shin Chan en la comida y le gusta escuchar, producir y crear historias.